28 Feb Deteste sin lagrimas
Los organismos oficiales de salud como la Organización Mundial de la Salud y la UNICEF abogan por mantener la lactancia materna de manera exclusiva al menos hasta los 6 meses de vida del bebé y que se retire cuando la madre y el bebé así lo deseen, pudiendo prolongarse hasta los 2 años e incluso más si así lo quisieran.
El “destete” significa “acostumbrar a algo diferente” y define un proceso de incorporación de nuevos alimentos, no el cese total de la lactancia materna, y puede abarcar un largo período.
Actualmente la duración de la lactancia materna está influenciada por la existencia de las fórmulas infantiles, así como por parámetros culturales erróneos como la aparición de los dientes, el nacimiento de un nuevo hermano, la incorporación de la madre al trabajo, mastitis en la madre, la administración de un tratamiento médico, la realización de alguna prueba diagnóstica y el inicio del habla del niño, entre otros.
El destete debería hacerse de manera lenta y gradual. Se puede diferenciar entre dos tipos de destete: el destete natural en el que el niño decide dejar el pecho y el destete inducido, el cual es iniciativa de la madre.
Cuando el destete es por iniciativa del hijo, él es quien marcará el ritmo. Algunos lo abandonan de manera radical y otros poco a poco. Este tipo de destete puede causar tristeza, sentimientos de culpa y frustración en la madre.
El destete inducido es preferible planearlo y realizarlo paulatinamente. No es recomendable iniciarlo en un momento de grandes cambios en la vida del niño como el inicio del colegio, enfermedades o incorporación al trabajo.
Hay diferentes estrategias para realizar el destete:
- No ofrecer, no rechazar.
- Distracción: identificar los momentos, lugares y circunstancias en que el niño suele pedir el pecho y anticipar alternativas al amamantamiento.
- Sustitución: ofrecer comida o bebida al niño para evitar que pida el pecho por hambre.
- Aplazamiento: negociar con el niño que entiende para demorar una toma.
- En estos casos el niño debe ser suficientemente maduro para aceptar la espera.
El destete, al igual que la lactancia, debería recordarse como algo que se hizo de forma agradable y dejando recuerdos gratos para madre e hijo. Este cambio, tan importante para ambos, deberían afrontarlo juntos, no cada uno por su lado y llorando su pérdida.
Uno de los beneficios del destete paulatino es que la madre puede ser flexible e ir adaptándose a las circunstancias que surjan. Además, el pecho va volviendo poco a poco a su situación inicial al dejar de producir leche. Si se realiza de manera brusca, se pueden presentar afecciones como ingurgitaciones, obstrucciones o mastitis.
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