16 Mar Evaluación audiológica en niños
En los primeros años de vida, la audición es un aspecto fundamental para el desarrollo social, emocional y cognitivo del niño. Una de las principales formas en que los bebés aprenden es a través de lo que oyen y escuchan por lo que incluso las alteraciones leves de la capacidad auditiva pueden afectar su desarrollo en múltiples aspectos.
Las evaluaciones y los diagnósticos auditivos de los recién nacidos ayudan a asegurar que todos los bebés con defectos en su audición se identifiquen lo antes posible y brindarles servicios de intervención temprana que pueden ser críticos para el desarrollo de la comunicación y el lenguaje.
La Academia Americana de Pediatría recomienda hacer evaluaciones auditivas a todos los recién nacidos. Lo ideal es hacerla antes de que se den de alta del hospital para identificar los casos con disminución de su audición antes de los 3 meses de vida e iniciar programas de intervención antes de los 6 meses de edad.
MÉTODOS
Existen dos métodos de evaluación que se pueden realizar que son la valoración de la respuesta auditiva automática del tronco encefálico, en la cual se utilizan audífonos y electrodos que se colocan en la cabeza del niño para vigilar la respuesta del nervio.
El otro método son las emisiones otoacústicas en el cual se introduce una pequeña sonda en el canal auditivo del bebé y mide la respuesta al eco al reproducir sonidos en el oído del bebé.
Ambos métodos son rápidos, indoloros y pueden realizarse mientras el bebé está dormido o acostado quieto.
Si se identificara algún defecto, es vital comenzar el tratamiento e intervención temprana lo antes posible. Además del seguimiento por el pediatra y el audiólogo, es necesaria también la valoración por parte de un otorrinolaringólogo y un oftalmólogo.
Si su bebé no presentara alguna alteración en el examen inicial, algunos bebés pueden desarrollar pérdida auditiva más adelante durante la infancia. Esto puede ser debido a causas genéticas, infecciones de oídos frecuentes, infecciones como sarampión o meningitis, exposición a niveles perjudiciales de ruidos fuertes e incluso algunos medicamentos.
Es importante vigilar ciertos datos como:
- Si no se sobresalta con ruidos fuertes al mes de edad o si no se da vuelta en dirección a los sonidos a los 3-4 meses.
- No se da cuenta de su presencia hasta que lo ve.
- Parece no disfrutar cuando le leen.
- Es lento para empezar a hablar, cuesta entenderlo o no dice palabras sueltas entre los 12-15 meses.
- Parece escuchar algunos sonidos pero otros no.
- Quiere poner el volumen del televisor más alto que el resto de la familia.
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