Ablactación

Pediatría Humanizada

Ablactación

La Organización Mundial de la Salud y la Academia Americana de Pediatría definen a la alimentación complementaria como todo aquel alimento líquido o sólido diferente a la leche materna que se introduce en la dieta del niño con el fin de llenar las brechas de energía y nutrientes que ésta no es capaz de suministrar. La palabra “ablactación” significa destete y es otra manera de referirse a la introducción de la alimentación complementaria.

El objetivo de la ablactación es promover un adecuado crecimiento y desarrollo, proveer nutrientes que son insuficientes en la leche materna como hierro, zinc, selenio y vitamina D, enseñar al niño a distinguir sabores, colores, texturas y temperaturas diferentes, promover y desarrollar hábitos de alimentación saludables, integrarlo a la dieta familiar y prevenir factores de riesgo para alergias, obesidad, desnutrición, entre otros.

Las necesidades y requerimientos nutricionales cambian proporcionalmente de acuerdo al crecimiento del niño. A partir del sexto mes de vida el bebé necesita un mayor aporte energético y de algunos nutrimentos específicos. La OMS recomienda que el proceso de ablactación se inicie entre los 4 y 6 meses de vida.

La lactancia materna debe acompañar a la alimentación complementaria hasta los dos años de edad y debe ser administrada a demanda, pero es importante no olvidar que por sí sola no bastará para brindar todos los requisitos energéticos nutricionales del bebé.

Se recomienda experimentar la introducción de alimentos con diferentes combinaciones, sabores y texturas para animarlos a comer. La aceptación de algún alimento nuevo sólo se conoce después de al menos 3 a 5 intentos de ofrecérselo; si es rechazado, se sugiere suspenderlo para ofrecerlo otra vez más adelante. El niño debe contar con su propio plato y el utensilio para darle su alimento debe ser adecuado a su edad.

La cantidad de comida se incrementa de manera gradual. Se recomienda iniciar con una comida al día y posteriormente incrementar a 2-3 comidas al día según el apetito del bebé. Debe ser variada y con adecuado suministro de calorías, proteínas, lípidos, carbohidratos y micronutrientes.

Hay alimentos que no es conveniente introducir antes del año de vida como la leche de vaca, condimentos ni edulcorantes, embutidos, café, té, alimentos con soya y alimentos pequeños como nueces, cacahuates, uvas o pasas.

Todo el proceso de la ablactación, así como el orden de introducción de los alimentos debe ser guiado y orientado por el pediatra tratante.

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